Aidan Moffat es un tipo robusto y barbado, de mediana edad, que decidió poner fin a su banda en el mejor momento de su carrera. En 2005 puso fin a Arab Strap con quien hacía canciones con frases tan rudas como: “el sexo sin amor es un paseo recomendable, pero el amor sin sexo está a un segundo de la muerte”. A partir de entonces este hosco sujeto y atento observador tuvo que reinventarse inventando una banda que le acompaña y a la que modestamente llamó The Best Of´.
Para completar su tour de forcé dejó de lado las aseveraciones lapidarias para componer su primer disco dedicado por completo al amor en sus distintas manifestaciones, pues dedicó una canción a su fallecido padre que ahora se aparece como fantasma y otra a su hijo que estaba por nacer y donde le cuenta que estaba muerto de miedo por su llegada (una vez en este mundo tuvo la ocurrencia de ponerle por tercer nombre: ¡Batman!).
Tomó el título para el álbum, How to Get Heaven from Scotland (Chemikal Undregorund, 09) de un panfleto que le dejaron en su puerta sus religiosos vecinos del sur de Glasgow, ciudad que de alguna manera influye en su sonido scotish y en estos temas de baja velocidad que ahora ensaya. El hombre sabe lo que quiere contar y no le importa tener una gran voz o dificultades para hacer cuadrar la melodía; él va a lo suyo y disfruta de su entera libertad para prácticamente decir las canciones o insertar sonidos ambientales o el latido de su hijo recién nacido.
Puede citar sin pudor a Pat Benatar que hacer una lista con los nombres de sus ex – novias (con todo y que es casado) o confesar su afición por contemplar jovencitas cuando se puede. Tanta sinceridad se agradece; no es abundante en los tiempos que corren y menos si se mezcla con grandes dosis de inteligencia como en “Atheist Lament” –una belleza lenta-.
Aidan se sabe un artista confesional, sórdido y cínico, para completar la humorada publicó este álbum el 14 de febrero. Aquí la vida es la más infinita de las bromas y transcurre a baja velocidad.
Para completar su tour de forcé dejó de lado las aseveraciones lapidarias para componer su primer disco dedicado por completo al amor en sus distintas manifestaciones, pues dedicó una canción a su fallecido padre que ahora se aparece como fantasma y otra a su hijo que estaba por nacer y donde le cuenta que estaba muerto de miedo por su llegada (una vez en este mundo tuvo la ocurrencia de ponerle por tercer nombre: ¡Batman!).
Tomó el título para el álbum, How to Get Heaven from Scotland (Chemikal Undregorund, 09) de un panfleto que le dejaron en su puerta sus religiosos vecinos del sur de Glasgow, ciudad que de alguna manera influye en su sonido scotish y en estos temas de baja velocidad que ahora ensaya. El hombre sabe lo que quiere contar y no le importa tener una gran voz o dificultades para hacer cuadrar la melodía; él va a lo suyo y disfruta de su entera libertad para prácticamente decir las canciones o insertar sonidos ambientales o el latido de su hijo recién nacido.
Puede citar sin pudor a Pat Benatar que hacer una lista con los nombres de sus ex – novias (con todo y que es casado) o confesar su afición por contemplar jovencitas cuando se puede. Tanta sinceridad se agradece; no es abundante en los tiempos que corren y menos si se mezcla con grandes dosis de inteligencia como en “Atheist Lament” –una belleza lenta-.
Aidan se sabe un artista confesional, sórdido y cínico, para completar la humorada publicó este álbum el 14 de febrero. Aquí la vida es la más infinita de las bromas y transcurre a baja velocidad.
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