domingo, 19 de julio de 2009

El dinosaurio está en la granja


J. Mascis, Murph y Lou Barlow no han inventado nada juntos, no pasa por ellos algún retortijón provocado por la originalidad, pero tocando a pleno han redefinido y dejado una huella indeleble sobre el rock norteamericano desde la segunda mitad de los ochenta, cuando el dinosaurio bebé vio la luz.
Su influencia fue fundamental en deidades como Nirvana, Pixies, Pearl Jam y una lista muy larga. Su estruendoso guitarreo se anticipó a la revuelta grunge, pero enseñó a muchos ejecutantes la manera en volver arte sublime al ruido y la distorsión. Crearon una leyenda negra tras perder su alineación original rozando los noventa, pleitos y desacuerdos por doquier, pero en 2007 el enorme reptil volvió a rugir como tal.
Retornaron con Beyond dejando en claro que los años no les restaron energía ni contundencia. Rockean como una aplanadora, un trío perfectamente ajustado que da lecciones acerca de las supervivencia de los largos solos de guitarra, una práctica casi en extinción.
Banda de culto, agrupación más apreciada por músicos; una tercia de desadaptados. Dinosaur Jr acometen con Farm (Jagjaguwar), donde hacen explícito que la fórmula funciona: rock de rompe y rasga, himnos eléctricos no aptos para niños bonitos.
12 canciones parejas en su notable calidad, pero a menester de resaltar ahí están “I want you to know”, “Pieces”, “I dont´t wanna go there” y “Plans”. Este es el grupo que deben escuchar las nuevas generaciones –de fans y músicos- para aprender algo acerca del rock. Frase atrevida que no tengo menor duda en sostener, sobran las figuras en quienes apoyarme. No hay duda: los viejos rockeros nunca mueren, aunque no tengan nada de originales, ni falta que hace, son auténticos.

miércoles, 8 de julio de 2009

Santa N: Canciones nocturnas para el Mediterráneo.


Carlos Ann es una figura que destella más allá de la banal superficie de la música española contemporánea. Basta recordar que formó parte de Bushido, una banda conformada junto a Enrique Bunbury y Shuarma. No obstante contar con 6 discos como solista y haber sido producido nada menos que por Howie B. en Entre lujos y miserias (02), el hecho de ser colaborador del Héroe del silencio en Bunbury Feak Show (05) le ha abierto horizontes en América latina, especialmente en México, donde cuenta con un nutrido grupo de seguidores, que abrazan con emoción cada una de sus incursiones.

Discos como el que realizó con el poeta Bruno Galindo y Bunbury entorno a la figura del poeta maldito Leopoldo María Panero y que dio pie a un documental, un cd y un libro, publicados en 2004; su incursión como poeta en Líneas abiertas y ahora el dueto constituido con Mariona Aupí, conocido como Santa N, cuyo disco debut ha venido a presentar a tierras aztecas, hacen de este hombre un músico de culto, apasionado por el arte de la vida y sus secretos. Algunos de los cuales nos comparte haciendo gala de su peculiar modo para acariciar al lenguaje.

Por ahí se cuenta de la primera reunión formal entre Mariona y tú, en un restaurante de la Barceloneta, comiendo una paella, pero no se dice cómo o porqué llegaron hasta allí, ¿Quién los convocó?

El azar nos juntó de una de las maneras más comunicantes que existe: "la culinaria". Empezamos a escribir textos sobre los manteles de papel y a jugar con las tintas de la paella, estuvimos bebiendo, comiendo y cantando canciones de Antonio Machín, Chavela Vargas y Parálisis Permanente, hasta que no quedó nadie en el restaurante. Mariona es “una alma poética” que poco tiene que ver con los tiempos actuales, es muy difícil estar con Mariona y no sucumbir al arte.

Mariona escribió los textos y luego trabajaste la música, ¿de manera espontánea surgió ese entrecruzamiento entre los ambientes de arrabal, Tom Waits, el vodevil y hasta algún eco de ranchera?

Mariona escribió los textos que ella canta, excepto el de la canción "labios", que lo escribió Peinga Rayo y las canciones interpretadas por mi son textos míos. Desde luego, para realizar conjuntamente un disco con alguien debes conectar con un montón de cosas. En el caso de Santa N, hemos ido de la mano con Tom Waits, Chavela Vargas y un larguísimo etc... Estamos en un momento que la música con una clara raíz e identidad nos persigue muchísimo.





Ambos llevaban largo trecho en la música, ¿fue fácil ceder y concertar para que el proyecto fluyera?

Fue muy fácil: la pasión hacia la música, el champagne, el sueño y el misterio, el mar mediterráneo y la magia, hicieron perfectamente su trabajo, nosotros simplemente nos dejamos llevar.

¿De qué manera guardar una sana distancia entre el músico –el cantante de canciones- y el poeta? ¿Son estadios distintos o complementarios?

Estoy entrando en un lugar, en el que todo me parece lo mismo, el poema, la canción, el cante, “todo es uno”. Es un área en la que no puedo separar un trazo de un eje, una melodía de una sirena, un paisaje de un poema. Todo está conectado y estoy disfrutando muchísimo de este misterio.

Las piezas que integran Santa N son muy ricas en instrumentación y los arreglos minuciosos y cuidados, ¿cómo se fueron visualizando las necesidades de cada uno de los temas?

Se trata de un disco artesano, cuidado casi como una pieza única; elaborado con la más absoluta calma y dedicación. Cada canción podría pertenecer a un disco diferente, sobretodo a nivel de arreglos. El proceso fue larguísimo, a la vez muy enriquecedor y mágico. Son canciones que le gusta llevar un buen traje, ir bien peinadas y sentir la vida. Pero han conocido todos los estados físicos y mentales de la creación, y hasta han buscado el delirio como forma de subsistencia.

En España el trabajo dedicado a Panero fue contundente y muy apreciado, ¿consideras que en México no se conoció lo suficiente?

En México gustó lo que tenía que agradar, igual que en España. Es un disco difícil, con una selección de poemas no apta para todos los públicos y con una notable transgresión. Sinceramente para mi, todo fue una gran sorpresa.

¿A que atribuyes el desarrollo de ese fuerte nexo que has establecido con el público mexicano?

Pasión, entrega y verdad, es algo recíproco; además el público mexicano tiene mucha memoria, identidad y búsqueda.

¿Cómo es que has conseguido seguir desarrollando la estructura de la canción para que no quede en su forma más habitual?

Estoy trabajando muchísimo en las estructuras musicales, es casi una obsesión en mi forma actual de crear. Me gusta mucho deconstruir y volver a construir. Cada canción escrita forma parte de un juego de llaves que voy guardando. Todas tienen su habitación en “el castillo de la música”.


Han comentado que una de sus influencias es Federico Fellini, ¿crees que le gustarían las canciones de Santa N?

No sé si las canciones le gustarían, pero que se lo pasaría en grande con nosotros, eso te lo puedo asegurar.

¿Cómo surge el proyecto Pierda usted cuidado con Juan Carlos Allende y Enrique Castañeda, músicos de Chavela Vargas?

Disfrutando de sus discos noche a noche, he estado años escuchando esos “requintos” que me arañaban y dignificaban mi corazón.Todo se materializó en un concierto de Chavela en Barcelona, me lancé al escenario y los abordé, como si se tratara de un barco pirata. Me dejé llevar y me salió bien. No me pude contener, nadie me paró. Todo estaba escrito. Juan Carlos Allende lo recuerda como si yo estuviera totalmente poseído, y bueno, creo que no se equivoca del todo.

A partir de ahí sólo han hablado las canciones. Ese va a ser mi próximo disco, llevo mucho tiempo trabajando en él, puedo asegurar que ahí están algunas de las mejores canciones que he escrito nunca.








martes, 7 de julio de 2009

Stuaart Murdoch y su música para películas futuras


El creador de Belle and Sebastian es un tipo de otros tiempos; sencillamente, no pertenece a esta época. Su pop de orfebrería me hace compararlo con un anticuario, alguien que ama las cosas del pasado por sobre las novedades. Ahora su particular perspectiva lo hace convocar a distintas vocalistas, con tal que no se parezcan a Celine Dion, para elaborar lo que será la música de una película del mismo título que comenzará a rodarse hasta el próximo año.
Apoyado en dos recreaciones de temas de antaño (“Act of the Apostle”, y “Funny Little Frog” de The life pursuit), resulta el disco con la más pura esencia de la banda en muchos años. Un trabajo lleno de pasajes orquestales, tratamientos a lo spaghetti western y pinceladas jazz, que conviven con momentos de music hall y rock pop oldie.
El álbum toca la historia de una joven llamada Eve, recién salida de un manicomio y en proceso de buscar novio y una nueva vida. En cada uno de los 14 temas que lo conforman hay detalles interesantes, como la participación de Neil Hannon de Divine Comedy en una canción que le es ideal: “Perfection As A Hipster”. Entre las damas elegidas por Stuart destacan Catherine Ireton (que se lleva casi todo el disco) y Brittany Stallings que hacen brillar canciones tan acariciantes y aterciopeladas como la que le da título, “Musicians, Please Take Heed”, “I’ll Have To Dance With Cassie” y “Come Monday Night”.
Stuart Murdoch
God Help the Girl
Matador, 09