Uno de los países más antiguos del mundo. Territorio de la cultura y el pensamiento. Su actual momento le lleva a replantear sus fundamentos y aceptarse –un tanto a la fuerza- policultural y múltiple. La Francia de hoy no tiene un color único de piel ni religión dominante. Su pasado colonial y la economía liberal provocan un flujo constante de gente que llega a la antigua Galia romana en busca de un futuro mejor.
Su complejidad socio-cultural la hace un territorio vibrante, intenso y rico en expresiones artísticas. A continuación ofrecemos una decena de canciones que se escuchan actualmente en el país de Balzac, Sartre, Zidane, Baudelaire, Tierry Henry, Daft Punk y –tristemente-, Sarkozy.
Dominique A
“Immortels”
Tras de casi 20 años de trayectoria, el arte de este hombre simboliza perfectamente la maleabilidad de la chanson. Heredero de Gainsbourg sabe cuando electrificarse y rozar el rock o el momento de quedarse con lo elemental y cultivar un folk casi acústico. He aquí el mejor ejemplo de lo que va el asunto: una canción intensa, casi mística, vaporosa. A base de teclado, programaciones y cajas de ritmo puede crear un universo metafísico lleno de metáforas elegantes y sensibilidad.
Caravan Palace
“Dragons”
Toda la belleza del jazz manouche -del que Django Reinhardt es leyenda- se combina con los beneficios de la electrónica más bullanguera. Así entre scratches, secuencias y cajas de ritmo surge una música que tiene toda la esencia de la bohemia típica de la ciudad luz. Un punto de encuentro entre tradición y actualidad resuelto con soltura y encanto. Abre su epónimo debut del 2009 y pone en el mapa al electro swing.
Benjamin Biolay
“Si tu suis mon regard”
A poca gente le embona tan bien el calificativo de enfant terrible. Este hombre es inclasificable, virtuoso y hasta de un petulante magnético. Letrista, productor y arreglista –todo lo hace con gran talento-. Su entrega del año pasado, La superbe es tan exuberante y lujosa como el personaje que ha creado. Aprovechó para reponerse del truene con Chiara Mastroianni, quien era su mujer. ¡Los amores rotos insuflan la canción gala; hasta en eso se parece a Gainsbourg!
Charlotte Gainsbourg
“Le Chat du Cafe des Artistes”
Turbulenta, inestable y controversial, así es la personalidad de la hija del feo más guapo de la historia, de quien recibió el apellido e hija también de Jane Birkin (inmortalizada por un orgasmo convertido en canción). De la mano de un mago vagabundo llamado Beck Hansen –volcado en el proyecto- hace una buena versión a un original de Jean-Pierre Ferland, que conserva la magia y misterio que asiste a París. Sin duda, la banda sonora para extraviarse por sus callejuelas, cafetines y plazas.
Phoenix
“Lisztomania”
Esta agrupación procedente de París está cobijada por una buena estrella enorme. Lo suyo es un rock pop de tintes electrónicos que no rebosa de originalidad, pero que se ha conectado con la sensibilidad del gran público. Son un producto de exportación de amplio reconocimiento (por eso cantan en inglés) que se apoya en melodías pegadizas, compuestas durante su residencia en un barquito anclado en el Sena. Esta pieza es parte esencial del laureado Wolfang Amadeus Phoenix (09).
Rachid Taha
“Ha baby”
Hijo de migrantes argelinos y procedente de la clase trabajadora, Rachid es una figura de la Francia mestiza, una nación que ha tenido que adaptarse al flujo humano procedente del Magreb y asimilar sus productos culturales, procedentes de una tradición milenaria. Taha gusta de la música árabe pero también del rock y la electrónica, que termina combinando en una mixtura subyugante y hermosa. Combativo en lo ideológico y lo político, es uno de los artistas más brillantes y respetables con que cuenta el país que inventó la guillotina.
Coralie Clement
“C´est la vie”
La peculiar óptica para entender la existencia de los galos, “entre ansiolíticos y café con crema”, que sale de la garganta suave de Coralie (hermana de Benjamin Biolay, quien la produce) acompañada por una flautita y un ukelele; folk silvestre hecho canción. Instrumentación de juguete, base de Toystore (08), que nos hace acordar de las bases que Manu Chao usó para Amadou et Mariam. No sabemos como lo hacen, pero en la simpleza encuentran la sofisticación.
The Do
“On my shoulders”
“Se acabaron los tiempos de Brel y Brassens, la música de hoy no puede tener fronteras”, esa la actitud de Olivia Bouyssou y Dan Levy, que forman el dueto conocido como The Do y que saltó a la fama poniendo fondo a un comercial. Instalados en una apertura de miras, pueden recurrir al finlandés o al inglés para cantar, lo que parece una irreverencia para los francofilicos. Aquí unas cuerdas de ensueño se incrustan en una bien lograda pieza de indie rock. Esta canción se convirtió en un éxito instantáneo y sustentó su brillante debut A Mouthful (08).
Les yeus noirs
“Calusul”
La presencia de la cultura judía es muy importante en la composición de la Francia de hoy. Los hermanos Eric y Oliver Slabiak llevan 20 años encabezando a un grupo que interpreta piezas de la tradición yiddish y klezmer procedentes de distintos países. La parte medular del proyecto consiste en que ambos cantan y tocan el violín con una sincronización asombrosa, su velocidad es sorprendente, y si a ello agregamos que la banda incluye doble bajo, acordeón, guitarra, chelo, cimbalón y batería, el atractivo salta a los oídos. Pueden parecer tradicionalistas, pero tienen un espíritu renovador, como puede comprobarse en el doble recopilatorio Best OYN/Opre escena (09).
Orchestre National de Barbes
“Sympathy for the devil”
Barbes es el barrio donde se establecen los inmigrantes africanos, lo que le da una energía muy especial. Algunos de los músicos del vecindario fundaron una orquesta que representa al rumbo como si fuera un estado virtual e independiente. Sus presentaciones son ardientes y en ellas abundan los instrumentos árabes, un folklore milenario y la fuerza del rock, como en este clásico de los Rolling con el que suelen cerrar sus mítines-concierto.
Bonus track
Moriarty
“Jimmy”
Son algo así como descendientes del Humprey Bogart en Casablanca. Son 5 tipos errabundos que se encontraron en París, cada uno con nacionalidad distinta, de Suiza a Vietnam. Se juntaron y decidieron homenajear a Jack Kerouac usando el apellido de uno de sus personajes más célebre. Tocan una mixtura de jazz y folk que teje brumosas atmosferas propias para la ensoñación. Esta canción viene en su disco debut Gee Whiz But This Is A Lonesome Town (08).
Su complejidad socio-cultural la hace un territorio vibrante, intenso y rico en expresiones artísticas. A continuación ofrecemos una decena de canciones que se escuchan actualmente en el país de Balzac, Sartre, Zidane, Baudelaire, Tierry Henry, Daft Punk y –tristemente-, Sarkozy.
Dominique A
“Immortels”
Tras de casi 20 años de trayectoria, el arte de este hombre simboliza perfectamente la maleabilidad de la chanson. Heredero de Gainsbourg sabe cuando electrificarse y rozar el rock o el momento de quedarse con lo elemental y cultivar un folk casi acústico. He aquí el mejor ejemplo de lo que va el asunto: una canción intensa, casi mística, vaporosa. A base de teclado, programaciones y cajas de ritmo puede crear un universo metafísico lleno de metáforas elegantes y sensibilidad.
Caravan Palace
“Dragons”
Toda la belleza del jazz manouche -del que Django Reinhardt es leyenda- se combina con los beneficios de la electrónica más bullanguera. Así entre scratches, secuencias y cajas de ritmo surge una música que tiene toda la esencia de la bohemia típica de la ciudad luz. Un punto de encuentro entre tradición y actualidad resuelto con soltura y encanto. Abre su epónimo debut del 2009 y pone en el mapa al electro swing.
Benjamin Biolay
“Si tu suis mon regard”
A poca gente le embona tan bien el calificativo de enfant terrible. Este hombre es inclasificable, virtuoso y hasta de un petulante magnético. Letrista, productor y arreglista –todo lo hace con gran talento-. Su entrega del año pasado, La superbe es tan exuberante y lujosa como el personaje que ha creado. Aprovechó para reponerse del truene con Chiara Mastroianni, quien era su mujer. ¡Los amores rotos insuflan la canción gala; hasta en eso se parece a Gainsbourg!
Charlotte Gainsbourg
“Le Chat du Cafe des Artistes”
Turbulenta, inestable y controversial, así es la personalidad de la hija del feo más guapo de la historia, de quien recibió el apellido e hija también de Jane Birkin (inmortalizada por un orgasmo convertido en canción). De la mano de un mago vagabundo llamado Beck Hansen –volcado en el proyecto- hace una buena versión a un original de Jean-Pierre Ferland, que conserva la magia y misterio que asiste a París. Sin duda, la banda sonora para extraviarse por sus callejuelas, cafetines y plazas.
Phoenix
“Lisztomania”
Esta agrupación procedente de París está cobijada por una buena estrella enorme. Lo suyo es un rock pop de tintes electrónicos que no rebosa de originalidad, pero que se ha conectado con la sensibilidad del gran público. Son un producto de exportación de amplio reconocimiento (por eso cantan en inglés) que se apoya en melodías pegadizas, compuestas durante su residencia en un barquito anclado en el Sena. Esta pieza es parte esencial del laureado Wolfang Amadeus Phoenix (09).
Rachid Taha
“Ha baby”
Hijo de migrantes argelinos y procedente de la clase trabajadora, Rachid es una figura de la Francia mestiza, una nación que ha tenido que adaptarse al flujo humano procedente del Magreb y asimilar sus productos culturales, procedentes de una tradición milenaria. Taha gusta de la música árabe pero también del rock y la electrónica, que termina combinando en una mixtura subyugante y hermosa. Combativo en lo ideológico y lo político, es uno de los artistas más brillantes y respetables con que cuenta el país que inventó la guillotina.
Coralie Clement
“C´est la vie”
La peculiar óptica para entender la existencia de los galos, “entre ansiolíticos y café con crema”, que sale de la garganta suave de Coralie (hermana de Benjamin Biolay, quien la produce) acompañada por una flautita y un ukelele; folk silvestre hecho canción. Instrumentación de juguete, base de Toystore (08), que nos hace acordar de las bases que Manu Chao usó para Amadou et Mariam. No sabemos como lo hacen, pero en la simpleza encuentran la sofisticación.
The Do
“On my shoulders”
“Se acabaron los tiempos de Brel y Brassens, la música de hoy no puede tener fronteras”, esa la actitud de Olivia Bouyssou y Dan Levy, que forman el dueto conocido como The Do y que saltó a la fama poniendo fondo a un comercial. Instalados en una apertura de miras, pueden recurrir al finlandés o al inglés para cantar, lo que parece una irreverencia para los francofilicos. Aquí unas cuerdas de ensueño se incrustan en una bien lograda pieza de indie rock. Esta canción se convirtió en un éxito instantáneo y sustentó su brillante debut A Mouthful (08).
Les yeus noirs
“Calusul”
La presencia de la cultura judía es muy importante en la composición de la Francia de hoy. Los hermanos Eric y Oliver Slabiak llevan 20 años encabezando a un grupo que interpreta piezas de la tradición yiddish y klezmer procedentes de distintos países. La parte medular del proyecto consiste en que ambos cantan y tocan el violín con una sincronización asombrosa, su velocidad es sorprendente, y si a ello agregamos que la banda incluye doble bajo, acordeón, guitarra, chelo, cimbalón y batería, el atractivo salta a los oídos. Pueden parecer tradicionalistas, pero tienen un espíritu renovador, como puede comprobarse en el doble recopilatorio Best OYN/Opre escena (09).
Orchestre National de Barbes
“Sympathy for the devil”
Barbes es el barrio donde se establecen los inmigrantes africanos, lo que le da una energía muy especial. Algunos de los músicos del vecindario fundaron una orquesta que representa al rumbo como si fuera un estado virtual e independiente. Sus presentaciones son ardientes y en ellas abundan los instrumentos árabes, un folklore milenario y la fuerza del rock, como en este clásico de los Rolling con el que suelen cerrar sus mítines-concierto.
Bonus track
Moriarty
“Jimmy”
Son algo así como descendientes del Humprey Bogart en Casablanca. Son 5 tipos errabundos que se encontraron en París, cada uno con nacionalidad distinta, de Suiza a Vietnam. Se juntaron y decidieron homenajear a Jack Kerouac usando el apellido de uno de sus personajes más célebre. Tocan una mixtura de jazz y folk que teje brumosas atmosferas propias para la ensoñación. Esta canción viene en su disco debut Gee Whiz But This Is A Lonesome Town (08).
No hay comentarios:
Publicar un comentario