sábado, 20 de marzo de 2010

Eclosionan ciencia espacial y poesía en un disco de rock


Antonio Arias edita Multiverso


Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista…
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!"
Rimas IV
Gustavo Adolfo Bécquer

¿Cuántos discos en la historia del rock fueron grabados en un Observatorio?, ¿Existirán muchas canciones que citen a Kepler en sus letras?, ¿En cuántos discos de música aparece el logotipo del Instituto de Astrofísica de Andalucía?
Antonio Arias tiene una larga carrera como músico (casi 30 años), primero con el grupo 091 y luego con Lagartija Nick, una institución del noise rock español y siempre ha sido un atento lector de textos de ciencia y astronomía. Así que no es la primera vez, que este guitarrista hecha una mirada al espacio exterior, ya en 1999 invitó al astronauta Pedro Duque a sumarse al tema “Newton”, incluido en un disco epónimo.
Durante los últimos años, Arias ha venido cultivando una amistad con el científico José Antonio Caballero, quien desarrolla su trabajo principalmente en el Max-Planck-Institut für Astronomie de Heidelberg de Alemania. Fue el astrónomo español –seguidor de Lagartija Nick- quien estimuló a través del trato personal y algunos artículos sobre Música y Astronomía para que se animará a convertir en canciones algunos poemas sobre ciencia.
Una vez que se consideró que el proyecto era interesante –más aún porque el 2009 era el año Internacional de la Astronomía-, fue este mismo especialista quien realizó las gestiones correspondientes para que se les permitiera grabar al interior del Observatorio Espacial de Calar Alto en Almería, espacios usualmente muy restringidos. Se aprovechó pues este ambiente para registrar tres de las diez piezas que conforman a la postre Multiverso, un álbum al que su autor define como de "Astromúsica".
Arias y Caballero compilaron una buena selección de textos en los que abundan las referencias científicas, eligiendo material del Doctor en Física David Jou, de la periodista y escritora Natalia Carbajosa, del mexicano José Emilio Pacheco, del panameño Carlos Francisco Chanmartin y los españoles Ángel Mendoza y Carlos Marzal.
Así fue como canciones como “El ordenador simula el nacimiento de las estrellas” y “Desde una estrella enana” fueron conformando el primer disco en solitario de Antonio, que no implica un rompimiento con su grupo original sino una incursión paralela, a la que conminó a algunos de sus buenos colegas y amigos: Florent y J de Los Planetas, están presentes en "Laika", que también tiene coros de Noni y Alex de Lori Meyers. Estos intervienen también en los temas "Derrota de Bill Gates" y "Multiverso". Incluso Eric, Lorena y Víctor de Lagartija Nick hacen su aportación a "Cristal".
Multiverso (Recordings from the other side, Popstock, 09) comenzó a gestarse hace poco más de un año, cuando el guitarrista dedicaba su tiempo libre a buscar observatorios espaciales a través de Internet, para lo que pidió ayuda a Caballero. Con el proyecto en marcha, se trazaron dos objetivos: editar el disco antes de que terminara 2009, año de la celebración, y presentarlo en Granada, la ciudad natal del músico, donde consiguieron el palacio de Congresos. Posteriormente también llevaron el directo a las afueras del observatorio y ahora están dispuestos a presentar en otros sitios, acompañados con proyecciones cósmicas.
A fin de cuentas es un disco donde conviven la poesía y la ciencia; el pop y la psicodelia; un poco de catalán y mayormente castellano en las letras. El propósito común de los involucrados era intentar que la astronomía fuera comprensible y razonable –al menos en estas canciones-, y al parecer lo han conseguido, según lo explica su creador: “La música del disco está al servicio de la poesía porque es lo que mejor contrasta con esas letras cargadas de astronomía. Es una vertiente que me gusta mucho: letras científicas, nada personal. De esta manera se encuentra un punto de relajación entre los textos y la música. Me interesaba ese aspecto divulgativo de la ciencia, sin dejar de ser un disco de rock. Y todo haciéndolo con una sencillez muy evidente. Me animó mucho que en las primeras actuaciones la gente disfrutase con las canciones, sin conocerlas. Ciencia con diversión, sí”.
Para ello se ha recurrido a una base instrumental en la que cabe música espacial, y algo de rock puro, reunidos en un disco de ciencia cargado de filosofía del siglo XXI y en el que todavía suenan las reverberaciones naturales del Observatorio en el que fue parcialmente grabado; una experiencia indeleble en la memoria de Antonio Arias: “El viento se cuela por las cúpulas. Fue casi un ejercicio espiritual, entras en comunión con el ambiente y el entorno también entra en la canción. Además, es un sitio muy particular, con la misma llave se abren todas las puertas, está decorado como en los años 70”.

No hay comentarios: