sábado, 17 de octubre de 2009

Conversando con Bernardo Fernández, Bef



  • A propósito de Ojos de Lagarto

En ocasiones la reflexión y el análisis ameritan un sentido unidireccional; requieren de un periodista solitario cavilando y poniendo a disposición de los lectores sus hallazgos. Pero en muchos otros momentos, el aprendizaje surge a través del diálogo. Es la conversación una fuente inagotable de conocimiento que permite crecer a quien escucha y posteriormente también a quien se entera de dicho intercambio.
Es por ello que comparto una parte de la charla con un espléndido y muy joven escritor, cuyo reconocimiento pleno se ha dado incluso con más fuerza fuera de México. Bernardo Fernández, Bef, (D.F., 1972) es autor de la celebrada novela Tiempo de Alacranes y por Gel Azul ha obtenido el Premio Ignotus. Es un experto también en libros para niños (Cuentos de Hadas para conejos, Vacaciones en Marte) y un dibujante de comics de talla internacional.
Su nueva novela, Ojos de lagarto (Planeta, 09) nos reconcilia con las grandes sagas de aventuras, homenajea la escuela clásica al tiempo que especula sobre la posible existencia de los dragones y su casi extinción en Mexicali. La obra además aborda la migración de orientales a nuestro país; la llamada cuarta raíz, que poco o nada se consigna en nuestra literatura.
En muchas ocasiones los escritores se ven seducidos por una parte por la vanguardia, por los autores punta de lanza, pero también suelen citar como fuente de inspiración a los clásicos, al canon inapelable, pero aquí siento que hay un homenaje a escritores inmensos que son poco apreciados, del tipo de Mark Twain, Verne, pero sobre todo Emilio Salgari. Escritores de esas grandes novelas de aventuras que al ser abrazadas por el gran público fueron mal vistas por la crítica exquisita, ¿coincides con esta apreciación?
Claro. Por alguna razón que desconozco el género de la aventura es poco frecuentado por nuestras letras. Destacan en ese rubro Pablo Soler Frost e Ignacio Padilla. Creo que lo que sucede con nuestro canon literario, solemne y pedorro, es que si es amena o divertida, lo considera automáticamente subliteratura. Ni modo. (Y desde luego, la apreciación es correcta: mucho me robé de Twain, Joseph Conrad y especialmente de Salgari. De hecho, me robé cínicamente un par de personajes de Las tribulaciones de un chino en China, de Verne).

En el Post scriptum del libro cuentas acerca de algunas de las investigaciones que realizaste para la novela, sin que por ello tenga un carácter histórico, pero no indicas si buscaste también material sobre la historia de los dragones como tal.
Eché mano de un par de libros sobre dragones. Especialmente uno llamado Dragons and Unicorns, a Natural History, especie de falsa monografía escrita por Paul Johnsgard, un ornitólogo que al alimón con su hija de trece años escribió este tratado naturalista que es una delicia por lo conciso. De otro modo me hubiera perdido en la vastísima bibliografía que hay sobre el tema.
¿Le debía la literatura mexicana una buena obra a la migración de orientales, a perfilar una historia escasamente contada?
Sí, no hay muchas voces que hablen de esta cuarta raíz. La migración oriental tiene más de cien años y muy poco se ha hablado de ella. Tengo cercanía personal con la comunidad japonesa-mexicana y ello me dio la materia prima para escribir mi novela El esturendo del silencio incluida en mi libro Gel azul. Ahora se la debo a los chinos. Curioso que haya pocos escritores orientales-mexicanos. Sólo puedo pensar de momento en el poeta Óscar Wong (cuyo trabajo no me es familiar).
¿Será esta la novela que habrá de llevarte hacía un público más amplio, no sólo los consumidores de fantasía y ciencia ficción?
Curioso que lo señales. Quise que no dijera por ningún lado que es una novela de subgénero. Ni siquiera aparece la palabra “dragón” en la cuarta de forros. Sí, es parte de esa estrategia. Después de años de militar en los subgéneros ahora estoy por romper las fronteras de los ghettos literarios.
Encuentro cierta semejanza en la estructura de Ojos de lagarto con alguna de las grandes novelas de Paco Ignacio Taibo II, ¿te influyó de alguna manera este autor en la construcción de la novela? Incluso el manejo del leguaje popular es coincidente.
Hum, no especialmente, aunque desde luego tengo una deuda con el gran jefe PIT II (toda mi generación la tiene, aunque renieguen de él). En realidad pensaba en la estructura de Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, que es una novela por la que tengo una gran devoción. Desde luego, estoy a años luz de escribir una obra tan ambiciosa.


¿Imaginas en algún momento que alguna de tus obras se convierta en película?
Las pienso más en términos de cómics. Pero me encantaría, claro. Creo que por ser pensadas como historietas suelen tener gran vocación visual. Sería lindo.

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