miércoles, 12 de agosto de 2009

Principios básicos de astronomía



¿Qué tan lejos estamos de Los Planetas?
Es un hecho de sobra conocido que las nuevas generaciones de roqueros han crecido con sus sentidos puestos en la cultura anglosajona. La Unión Americana e Inglaterra compiten fieramente por conservar tanto la vanguardia como la oferta mainstream. Poca atención se presta a otras regiones del planeta, con ciertas excepciones: Francia, Canadá y los países escandinavos.
Cuando nos enfocamos al rock español la mayor referencia sigue siendo la generación de la Movida, que nos trajo su música durante la segunda mitad de los ochenta y principios de los noventa, hasta ir perdiendo fuerza. Durante años nos llegan del territorio ibérico las agrupaciones y solistas de mayor potencial comercial y menor índice cualitativo.
Aunado a ello, los grupos mexicanos están más interesados en aprender a cantar bien en inglés que en conocer y asimilar el trabajo de quienes usan el castellano. Estos son factores que han alimentado el distanciamiento entre la parte más novel del movimiento rocker y el trabajo de los artistas hispanos, que se concentran más en el autoconsumo que en la proyección internacional (hasta la llegada de El Guincho no habían tenido una figura indie que traspusiera fronteras).
Permanece como una tarea pendiente a través del tiempo, entre otras muchas cosas, el adentrarse en el conocimiento de un grupo que ha dado distintos ejemplos de su lucidez y valentía. Los Planetas son una banda que ha logrado preservar su personalidad ante la industria, sabiendo navegar a contracorriente e impulsar una personalísima forma de entender al shoegaze y el noise pop.
Porque la herencia de la banda granadina, empujando discográficamente desde 1994, es la de hallar el modo para cobijar a las melodías y los estribillos de capas y capas de mantas eléctricas y sedas disonantes. Provienen de una casta que tiene en The Jesús and Mary Chain, Neds Atomic Dustbin, Mercury Rev, Chapterhouse y Curve algunos de sus miembros más insignes.
Los planetas han dado también ejemplo de que un grupo de rock madura a través de un continuo fogueo sobre el escenario. Han recorrido en incontables ocasiones España de punta a punta para mostrar lo suyo. Con el tiempo se fueron haciendo mejores instrumentistas, enfocaron mejor su sonido y establecieron fuertes nexos con la gente, el sostén esencial de un artista.
Durante 15 años de carrera han dado múltiples dolores de cabeza a sus disqueras por aferrarse a hacer las cosas a su modo, que incluyen su manera de mezclar las voces –casi fundidas a los instrumentos-, conservar el mismo diseñador de arte (Javier Aramburu) durante años, arriesgando con fórmulas nuevas disco a disco: sumando sección de cuerdas, trabajando con orquesta, dando mayor o menor énfasis a los teclados, coqueteando con otras tradiciones, como el flamenco, haciendo madurar su trabajo lírico y creando conceptos sólidos y coherentes para cada álbum.
Siete álbumes y 15 años de carrera no son poca cosa, por lo que han decido celebrarlos con una compilación que no esta conformada de manera típica sino que se centra en el trabajo de ilustración de 22 canciones elegidas, a cargo del dibujante Juanjo Saéz, autor del comic de 48 páginas a color, que se acompaña del cd respectivo y un dvd que conjunta todos los trabajos de videoclip realizados por el grupo.
De las 19 canciones incluidas finalmente en el disco, 18 son ya conocidas y una es de reciente creación. “Soy un Pobre Granaino” nos deja ver que la agrupación encabezada por J. y Florent aun le queda mucho que experimentar con ese entrecruzamiento entre los palos flamencos y el rock más vibrante.
El resto posee la peculiaridad de proceder de una selección subjetiva y no cumplir objetivos documentales o de semblanza. Ya se han alzado voces que señalan la ausencia de ¿Qué puedo hacer?, uno de los temas insignia, o que en general no refleja la carrera entera y que tiene mayor énfasis en los discos más recientes, lo que quizá le agrega un carácter distintivo al conjunto.
Con todos los reclamos de los especialistas, no deja de ser una buena manera de crearnos un panorama general, que arranca con “De viaje” del inical Super 8 (94) y pasa por la célebre “Himno generacional #83”, procedente del Pop (96).
Pero el verdadero redescubrimiento viene con “Un buen día”, original de Unidad de desplazamiento (00), donde la suma de talentos genera un importante volumen de rock, concentra su capacidad pop para desarrollar armonías y melodías y su coloquial modo de compartir historias.
Habrá quien prefiera •”Devuélveme la pasta” (Contra la ley de gravedad, 04) o bien “Yo no me asomo a la reja” (La leyenda del espacio, 07). Lo cierto es abunda el material en que Los planetas subrayan que se han negado a perder su lado silvestre, a condensar su energía, a ser domesticados por las transnacionales.
Aquí un cuidado paquete lleno de arte, una introducción para recién llegados y el mejor ejemplo que en esto del rock and roll hace falta perseverancia y disciplina aunada a la locura y el debraye. Los planetas nos dan sus lecciones de astronomía y nos hacen ver que el genio no se encuentra en una galaxia lejano sino muy cerca de quien quiera verlo.

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