sábado, 1 de noviembre de 2008

Pascal Comelade, el genio de la música de juguete



A través de los años, Pascal Comelade se ha construido a pulso una reputación inapelable como músico excéntrico y genial manipulador de juguetes y objetos diversos. Su carrera ha estado inspirada por un fino sentido del humor; de entrada dejó correr el rumor de que su lugar de nacimiento era un lugar llamado Sant Feliu de les Forxetes, un pueblo que no existe.

De padre psiquiatra y madre autora de libros de cocina medieval, nació en Montpellier, en el año de 1955. En aquella ciudad de los Pirineos Orientales, creció rodeado de constantes visitas de músicos del lado sur de la frontera, por lo que optó por definirse como un catalán del norte y para fortalecer sus raíces -imaginarias hasta entonces- durante la década de los setenta se trasladó a la ciudad condal, donde se dejó absorber por la bohemia. Vivió en casa del cantautor Lluís Llach; lo que permitió que conociera a Maria del Mar Bonet, Francesc Pi de la Serra, Toti Soler y el músico experimental Víctor Nubla (miembro de Macromassa), que lo introdujo a las experiencias de vanguardia.

En 1983 fundó la Bel canto Orquestra con Cathy Claret y Pierre Bastien, pero la ruptura en su obra sobrevino al escuchar Music for Amplified Toy Pianos de John Cage. Descubrió un vasto universo de posibilidades, que a la fecha le ha permitido firmar alrededor de 40 discos y realizar algunas colaboraciones insignes, con figuras como P. J. Harvey, Robert Wyatt, Anthony and the Johnsons y Goran Bregovic, entre otros.

Esquivo personaje, estudioso de las tradiciones y la música popular, ha conseguido inyectar vida nueva a la música elaborada con juguetes de diversa índole, una corriente que tiene como precursores distinguidos a Perrey-Kingsely, Raymond Scout y Bruce Haack. Todos manipulando objetos reales y sin ningún artilugio tecnológico, una combinación que se daría a partir de los años sesenta.

Pascal se ha mantenido también trabajando orgánica y físicamente, fascinado por la naturaleza de este tipo de artículos: "una de las características que adoro de los instrumentos de juguete, didácticos, es que siempre tienen un sonido diferente. Depende del tamaño, el material o la forma, adquieren muchos tonos diferenciados entre sí".

La música que produce no acepta fácilmente etiquetas: ni pop, tampoco avant garde, ni rock, ni minimalista, ni folklore. Puede serlo todo a la vez o emprender la fuga de los cánones. Lo que si es un hecho es que sabe trastocar los géneros tradicionales dándoles retorcidas e inéditas formas. Comelade es consciente de los enormes retos y dificultades que enfrenta una creación como la suya: "Mi música, y la manera de producirla, están hoy fuera de juego en el mundo y el marcado occidental. Hacer música instrumental como la mía es un suicidio".




Autor de álbumes tales como La manera més salvatge (06), Espontex simfonia (06) y la antología La filosofía del plat combinat (04), ha utilizado con gran tino las piezas que ha venido reuniendo: "Es una colección que he ido aumentando gracias a mis visitas a infinidad de tiendas de juguetes y mercadillos. Hay instrumentos de todo tipo y procedencia".

Método de Rocanrol

Apasionado de dos pianos miniatura con los que se pasa horas componiendo y repasando, sobre todo, el legado musical de Cataluña, Pascal ha concebido un nuevo proyecto, que parte tanto de la libertad total compositiva como de una especie de broma de humor negro. Un par de álbumes editados con algunos meses de separación a los que ha llamado Metode de Rocanrol (Discmedi, 07-08), pero no contienen formalmente ningún tema que se ciña o aluda al término; lo que es más, afirma categórico que el rock no tiene método alguno; he ahí la humorada.

Musicalmente, los discos contienen desde boleros bizarros a coplas catalánas; ecos de cabaret a lo Kurt Weil, tangos mutantes, sardanas, esbozos minimalistas a lo Eric Satie y tonadas de feria, romance y verbena. Hay versiones instrumentales de temas de Joan Manuel Serrat (“Cançó de bressol”) y Pau Riba (“Noia de porcellana”), de quien también se incluye “Cançó sense títol”, un entrecruzamiento entre poesía y música, recitado por Enric Casasses, poeta animador incansable de la escena barcelonesa e influencia definitiva en Comelade.

La brisa del pasado abatiéndose sobre La perla del mediterráneo se siente en “La vedette del molino”, “L’enterrament de les sardines”, “Le barman de Satán” y la adaptación de “Passejant per Barcelona”, original de Quico Pi de la Serra. Sobre cada una se descarga una instrumentación abigarrada: armónicas, peines, guitarras de tianguis, xilófonos de colores, acordeones, saxofones de plástico, trompetillas, silbatos y baterías de latón, usadas por sus únicos tres colegas de planta: el baterista Didier Banon a la batería, Enzo Tozoni en el trombón y Pep Pascual, manipulando el arsenal lúdico.

El único resabio roquero se halla en el peculiar cover de “Cadillac” de Vince Taylor o el guitarreo acústico de “Elvis loved dogs” (incluido en el segundo volumen). A fin de cuentas, convierte en un circo la música seria y de dan densidad formal a la música ligera.

El cabaret Galáctico

Considerado por algunos como un rocker ultra minimalista y por otros, un clásico post-moderno, su influencia se ha esparcido incluso en Japón, donde una banda se nombró Pascals a manera de homenaje y cuyo disco debut se compone solamente de arreglos. Es curioso que en su país natal no halla alcanzado el mismo eco que en el extranjero, no obstante sigue editando allí su material, pese a que considere que: “Francia vive de un cliché cultural; un retorno de la canción francesa revivalista”.



Desmarcándose de cualquier influencia nativa, su senda pasa por revisar la música tradicional catalana (Música Pop, Dances de Catalunya Nord (03) y dos volúmenes de Pop Songs del Rosselló (00-01)), trasmutar temas del dominio público, como “Honky Tonk Women” de los Rolling Stones, “Bésame mucho” y “Brand New Cadillac” de The Clash en Dances et Chants de Syldavie (94) y recopilar buena parte de su vasta creación, que incluye música para cine, teatro, espectáculos de danza y obras de teatro, en la caja Monofonicorama 2005-1992 (07).

Autor de corte personalísimo del que se dice: no ceja de editar viñetas instrumentales inocentes por fuera; perversas por dentro, como en El cabaret Galactic (95) ha colaborado en el próximo disco de Albert Pla y prepara una grabación en directo que se publicará junto a un cómic del dibujante culé Max, dedicada a la historia de la Bel Canto Orquestra.
Pascal Comelade posee un brío creativo imparable. Se desborda en cantidad de proyectos, ya sea en solitario o con buenos amigos. Entiende al mundo del arte como un juego y viceversa. Para un tipo como él, la hora del recreo es infinita.


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