miércoles, 8 de diciembre de 2010

Las mañanas de John


El día que murió Lennon estaba acostado todavía
transmitieron la nota en prime time
carecí de fuerza y causa para levantarme
-la provincia incurable, como siempre-
parecía que el tiempo se había detenido
aunque las concentraciones masivas nada me decían
las mismas mujeres histéricas tras descubrir a los escarabajos
-gritos carentes de sentido inundando Central Park-
muchos otros prefirieron callar
y perderse en la inmensidad de sus habitaciones
-la mía era tan grande como el mar
y terminé ahogado-.


Desde entonces es una de las escasas fechas que recuerdo
y cada 12 meses pienso en que si la historia es una espiral
ese día se torció.

No puedo negar que otros lo han intentado
pero John tenía un modo muy simple de revelar secretos
eso lo hacía tan cercano
mucho más que el cabello largo, las gafas y las poses.

Con él se fue la broma como oposición al sistema
lo imagino contento con los wikileaks
¿merecerían una nueva canción?
seguro le hizo gracia que un cantante regordete interpretara a su asesino
-un poco de humor negro convertido en biopic-.

Esta mañana los medios se alimentan
de cuando despertamos hace treinta años
el working class heroe sigue siendo rentable
sus canciones ahora se venden por iTunes
y juro que no me siento bien
nada bien
prefiero las expectativas modestas
prófugas de un disco de vinil que gira en una habitación.


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