domingo, 12 de abril de 2009

Elvis Perkins in Dearland


La tragedia se ha ceñido sobre la familia de Elvis Perkins, por lo que la fatalidad le ha hecho sombra al trabajo de un compositor dedicado, minucioso y valiente. Ash Wednesday, su debut, no alcanzó todo el reconocimiento que se merecía pero lo puso en camino: un chico blanco, conocedor de la tradición norteamericana y fino letrista.
Creando un vínculo más estrecho con el trío que lo acompaña, se presenta ahora como una unidad y profundiza en su trabajo con la negritud: del blues al góspel, de los pantanos de Lousiana a las calles de Nueva Orleans. Se muestra como un Huckleberry Finn del folk-rock y sorprende a propios y extraños cuando alcanza registros que en mucho nos recuerdan al Bob Marley más acústico, como es patente en“Shampoo”, el tema de apertura del disco Elvis Perkins in Dearland (XL Recordings, 09)
En “’l´ ll Be Arriving” utiliza el sonido de las cadenas que agitaban los esclavos y logra un efecto poderoso en su terrible alusión. Sus temas son profundos y su postura abierta, no sobredramatiza ni sobre sí mismo ni sobre el mundo, pero sí pone el dedo en las llagas, en las heridas. Al dedicarse a estos menesteres no puede negar todas las enseñanzas de aquel que se apellida Dylan; ni hablar, es un enorme paradigma.
En fin, que los vientos del pasado soplan huracanados en un disco distante de las modas. Metales campiranos, metáforas robadas de tiempos idos… el pasado deja una pátina imposible de quitar de este otro Elvis, un vaquero dispuesto a cabalgar en esta época, temas como “Doomsday”, “Chains, Chains, Chains” y “Send My Fond Regards To Lonelyville” nos invitan a recorrer con él sus propias praderas.

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